Por el Dr. Daniel E. Rodríguez C.
Santiago, 4 de Septiembre 2017
¿ Y qué es el matrimonio, maestro?
El Matrimonio es el calvario de las almas; la crucifixión del Ideal; la tumba del amor afirman muchos testigos..
El Cristo, jefe de los misógamos, no dobló la cabeza a la coyunda que impuso a los demás, no entró en la institución que estableció para tormento de los otros. Apuró todos los martirios menos ése. Sus labios de Apóstol no juraron el amor.
El consagró con su vida sin ataduras a ninguna hembra, esta verdad, ya sabida por los hombres: la Mujer aunque mal necesario, es funesta al genio decía Vargas Vila, prefirió sufrir el beso traidor de Judas al beso enamorado.
El monte de los Olivos en que lloró el Redentor, es menos triste que el bosque de los mirtos en que agoniza el amor en el matrimonio.
La agonía del Apóstol vencido es menos cruel que la agonía del amor vendido. Apuró el cáliz del Dolor y abrevó sus labios en hiel. Mas el Maestro no aceptó el cáliz del amor, ni escanció la miel en los ajenos labios.
-Noli me tangere, dijo a la Mujer-
Misógino rebelde, llegó hasta perdonar a la mujer, no llegó a amarla nunca.
Tenía por el sexo todo un desprecio orgulloso que se extendía a su madre misma: Mujer ¿qué hay de común entre tú y yo? le dijo un día. Y este altivo despreciado de la Mujer se vengó de ella, dejándola condenada al Matrimonio, esclavitud más cruel que la de un Paria, servidumbre más vil que la de un Iota.
Este enemigo personal del amor se vengó de la pasión fatal, estableciendo para ella la cadena perpetua indisoluble, la Ergástula bendita por la ley: el Matrimonio.
El Matrimonio es la venganza del Cristo contra el amor, la sentencia de muerte de la pasión culpable. Es la flor del Cristianismo, el fruto maduro de la Moral social, esa moral contra natura, que, como dice Nietsche, va precisamente en sentido opuesto a todos los instintos de la vida.
El Matrimonio es el lecho de Procusto donde gimen las almas torturadas. ¡Es el Poema de la tristeza y del Hastío! ¡Oh! ¡el desolado País del Desencanto!
¿ Entonces que es el matrimonio?
Es entrada al mundo y a la vida; la muerte inexorable de los sentimientos anteriores; el rumor de la admiración, el himno a la belleza; las caídas sin amor; besos, pasión; y es presente, este horrible presente, del concubinato legal, la cadena irrompible; la perpetuidad del Enojo; las laxitudes del Hastío; las desesperantes comedias del amor; los deprimentes disimulos diarios; las cobardías envilecedoras del fingimiento; las torturas del placer forzado; la odiosa resignación hebetada y brutal a la vida entre dos o tres (la querida) o cuatro (su amante); felices los cuatro dice la canción, el diario choque de los caracteres; las noches de tristeza, las mañanas de horror, al despertar en el olor del lecho común, estercolero del corazón, donde se pudren los detritus de todas las ilusiones; las rebeldías del alma que no ama; las insurrecciones del cuerpo que no quiere entregarse; la indiferencia, el odio, todo ese aluvión de desgracias y tristezas que es el Matrimonio.
Y recuerda se habla de la Virtud en el Matrimonio, y en esa Ergástula de leprosos, no se ve sino: el encuentro de dos disgustos y el duelo de dos depravaciones.
Se habla de la Virtud en el Amor, y el Amor no es sino la mentira de dos almas y el ayuntamiento de dos monos.
"Le desir délicieux triomphe dans les yeux brillants de la femme et il l’emporte sur la Mort". Sophocle-Antigone
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